Here comes the sun
George Harrison & Paul Simon- Here Comes the Sun
Del vídeo no digo nada. George andaba en buenas compañías.
Mi canción favorita de los Beatles durante mucho tiempo. Por ser el compositor de esta canción George se convirtió en mi Beatle preferido.
Hubo un suceso que convirtió mi canción favorita en una canción que rehuía escuchar.
Q fue el culpable.
Un día que me quedé a dormir en su casa me preguntó cual era mi canción preferida de los Beatles y yo le dije que "Here comes the sun".
Q iba tomando nota mental de todo lo que a mi me gustaba. Mi bebida y comida preferida, mi adicción al chocolate negro, mi gusto por los libros de ciencia ficción y un largo etc pero él me iba haciendo preguntas sobre mi siempre de modo casual y con naturalidad.
Me halagaba pensar que se interesaba tanto en mi y me pensaba que era para conocerme mejor. Quería conocerme mejor para ser detallista conmigo, para sorprenderme, para ligarme día tras día. Tantas muestras de atención hacia mi nunca me habían hecho y nunca me volverán a hacer.
No sé si añoraré a Q más los gestos hermosos que tenía hacia mi...Bueno, sí añoraré a Q siempre. Q era listo: se podía hablar con él de cualquier cosa. Era simpático, tenía un sentido del humor ácido que me volvía loca de reir, era atractivo. Tenía unos ojos preciosos. Nunca me han gustado los ojos marrones pero jamás olvidaré aquellos ojos de miel cuyas pupilas se dilataban asombrados cuando se me quedaban mirando fijamente.
Nos gustaban las mismas cosas y pensábamos exactamente lo mismo sobre la vida.
Me enamoré. Quizás el día que me di cuenta fue cuando a la mañana siguiente Q me despertó con la canción "Here comes the sun" que había puesto a propósito (en este momento de la emoción al recordarlo se me ha caído la lata de refresco al suelo..¡Mieerdaa!) y me trajo un zumo de piña.
Me sentí cuidada, mimada y querida.
Cuando Q y yo cortamos porque él no me quería me sentí como si hubiera usado artimañas y juegos sucios solo para acostarse conmigo. Pocos días antes de cortar hacíamos el amor y yo lloraba desconsolada justo después de tener un maravilloso orgasmo.
Me desgarraba de dolor por dentro aunque físicamente me llenara de placer. Sabía que esos días de felicidad tocaban a su fin.
Me hizo más daño dándome calor humano que muchos otros hombres haciendo el subnormal.
Le amo y le guardo rencor. Deseo encontrármelo por la calle, saludarle, saber que es de su vida...pero por otra parte pienso que ojalá no nos encontremos jamás porque le hablaría con sarcasmo y le echaría en cara todo lo que he alimentado durante años.
Durante años era incapaz de escuchar esta canción porque me recordaba a él, a lo bien que me trataba, al momento en que me trajo el zumo y dejó que esta canción sonara.
Pequeños detalles que marcan tanto y que en sí son tan insignificantes pero que cuestan toda una vida de olvidar.
Hace once años de esta historia. Q ha cumplido años hace 12 días pero no he llamado para felicitarle su cumpleaños. Hace ya un par de años o tres que dejé de flirtear con la posibilidad de que si mantenía el contacto con él, ni que fuera una vez al año, quizás podría haber un reencuentro romántico de cuentos de hadas, quizás algún día. Dejé de llamarle. Cuando pienso en él, cuando le recuerdo, mi corazón se estremece, mi mente se hace papilla, mi alma se deprime...y las latas de refresco cafeinado se suicidan.
Q : Ésta va por ti.
Del vídeo no digo nada. George andaba en buenas compañías.
Mi canción favorita de los Beatles durante mucho tiempo. Por ser el compositor de esta canción George se convirtió en mi Beatle preferido.
Hubo un suceso que convirtió mi canción favorita en una canción que rehuía escuchar.
Q fue el culpable.
Un día que me quedé a dormir en su casa me preguntó cual era mi canción preferida de los Beatles y yo le dije que "Here comes the sun".
Q iba tomando nota mental de todo lo que a mi me gustaba. Mi bebida y comida preferida, mi adicción al chocolate negro, mi gusto por los libros de ciencia ficción y un largo etc pero él me iba haciendo preguntas sobre mi siempre de modo casual y con naturalidad.
Me halagaba pensar que se interesaba tanto en mi y me pensaba que era para conocerme mejor. Quería conocerme mejor para ser detallista conmigo, para sorprenderme, para ligarme día tras día. Tantas muestras de atención hacia mi nunca me habían hecho y nunca me volverán a hacer.
No sé si añoraré a Q más los gestos hermosos que tenía hacia mi...Bueno, sí añoraré a Q siempre. Q era listo: se podía hablar con él de cualquier cosa. Era simpático, tenía un sentido del humor ácido que me volvía loca de reir, era atractivo. Tenía unos ojos preciosos. Nunca me han gustado los ojos marrones pero jamás olvidaré aquellos ojos de miel cuyas pupilas se dilataban asombrados cuando se me quedaban mirando fijamente.
Nos gustaban las mismas cosas y pensábamos exactamente lo mismo sobre la vida.
Me enamoré. Quizás el día que me di cuenta fue cuando a la mañana siguiente Q me despertó con la canción "Here comes the sun" que había puesto a propósito (en este momento de la emoción al recordarlo se me ha caído la lata de refresco al suelo..¡Mieerdaa!) y me trajo un zumo de piña.
Me sentí cuidada, mimada y querida.
Cuando Q y yo cortamos porque él no me quería me sentí como si hubiera usado artimañas y juegos sucios solo para acostarse conmigo. Pocos días antes de cortar hacíamos el amor y yo lloraba desconsolada justo después de tener un maravilloso orgasmo.
Me desgarraba de dolor por dentro aunque físicamente me llenara de placer. Sabía que esos días de felicidad tocaban a su fin.
Me hizo más daño dándome calor humano que muchos otros hombres haciendo el subnormal.
Le amo y le guardo rencor. Deseo encontrármelo por la calle, saludarle, saber que es de su vida...pero por otra parte pienso que ojalá no nos encontremos jamás porque le hablaría con sarcasmo y le echaría en cara todo lo que he alimentado durante años.
Durante años era incapaz de escuchar esta canción porque me recordaba a él, a lo bien que me trataba, al momento en que me trajo el zumo y dejó que esta canción sonara.
Pequeños detalles que marcan tanto y que en sí son tan insignificantes pero que cuestan toda una vida de olvidar.
Hace once años de esta historia. Q ha cumplido años hace 12 días pero no he llamado para felicitarle su cumpleaños. Hace ya un par de años o tres que dejé de flirtear con la posibilidad de que si mantenía el contacto con él, ni que fuera una vez al año, quizás podría haber un reencuentro romántico de cuentos de hadas, quizás algún día. Dejé de llamarle. Cuando pienso en él, cuando le recuerdo, mi corazón se estremece, mi mente se hace papilla, mi alma se deprime...y las latas de refresco cafeinado se suicidan.
Q : Ésta va por ti.
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